Necrópolis menguante Son Real (Santa Margalida, Mallorca)







Confirmada la elevación del nivel de los océanos por el cambio climático, mal porvenir se augura a este emblema de la prehistoria balear sumergido en un 30%. “Su excepcionalidad es incuestionable: son tumbas monumentales, visibles, en un momento (la Edad del Hierro) en el que ya no se construían, ni en Baleares ni el resto del Mediterráneo occidental. En Mallorca, por ejemplo, se enterraba a los muertos en cuevas naturales o artificiales”, apunta Jordi Hernández-Gasch, director del proyecto de investigación. Son Real ocupa el centro geográfico de la bahía de Alcúdia. La disposición de las 140 tumbas, algunas con ventanitas; sus plantas cuadradas, circulares y de herradura —en forma de talayotes, las más antiguas; de navetas, las de la fase media—, y su situación en un entorno natural protegido confieren a esta necrópolis una gran belleza. Es notable la tumba número 5, destinada a un guerrero de élite. Desde el centro de interpretación se llega a pie en 20 minutos. En verano, el calor obliga a costear desde Son Bauló.