La tumba del niño guerrero etrusco





La sepultura de este muchacho de 12 años es la número 10.000 excavada en el yacimiento de Pontecagnano, en el sur de la Campania 

El sitio de Pontecagnano alcanzó su apogeo entre los siglos VIII y VII antes de Cristo  Soprintendeza Archaeologia Belle Arti e Paesaggio di Salerno e Avellino


La tumba 10.000 contenía una hallazgo impresionante. Tras más de 60 años de excavaciones en Pontecagnano, un poblado etrusco situado en el sur de Campania, los arqueólogos acababan de dar con unos restos “de gran trascendencia”. La tumba de un niño guerrero que vivió en el siglo IV antes de Cristo.


El muchacho, de apenas 12 años, fue enterrado junto con dos copas de cerámica. Una servía para la comida en el más allá. La otra para el vino (los etruscos fueron grandes exportadores de esta bebida), que le aseguraría un lugar en el banquete funerario, apuntan los investigadores de la Soprintendeza Archaeologia Belle Arti e Paesaggio di Salerno e Avellino.




La sepultura es la número 10.000 excavada tras 60 años de trabajo en el yacimiento  Soprintendeza Archaeologia Belle Arti e Paesaggio di Salerno e Avellino


El entierro del niño guerrero forma parte de una amplia necrópolis, implantada hace unos 2.500 años y frecuentada hasta las primeras etapas de la ciudad de época romano que se construyó posteriormente. La mayoría de las tumbas se remontan al período samnítico (de finales del siglo V hasta mitad del III a.C.) y devuelven una clara imagen de la cultura funeraria de la época.


La tumba 10.000 destaca ya por su tipología sepulcral. El chico estaba dentro de una caja, como la mayoría de difuntos del lugar, pero en esta ocasión no estaba hecha de travertino, la piedra local ampliamente disponible, sino que se hizo con toba gris de Campania que seguramente fue importada para la ocasión.




La caja no se hizo con travertino, sino con toba gris de Campania  Soprintendeza Archaeologia Belle Arti e Paesaggio di Salerno e Avellino


La longitud del esqueleto y el tamaño de los huesos llevó a los arqueólogos a considerar desde muy temprano la posibilidad de que los restos pertenecieran a un adolescente. Su ajuar estaba compuesto por un gran cinturón usado de bronce y dos copas con pintura negra situadas a sus pies.


También encontraron algunos elementos peculiares del traje masculino de época samnita como el cinturón, típico de los guerreros pero que también es un importante símbolo de estatus. Lo que no apareció por ningún lado fue el arma arrojadiza (jabalina o lanza), que caracterizaba específicamente a los hombres adultos de esta comunidad.




Los arqueólogos se sorprendieron con el cinturón de bronce del chico, típico de los guerreros  Soprintendeza Archaeologia Belle Arti e Paesaggio di Salerno e Avellino


La parte inferior del cuerpo, desde la pelvis hasta los pies, estaba perfectamente conservada, mientras que la superior había sido dañada por infiltración de raíces y animales. La primera datación de los restos los sitúa en el siglo IV a.C., cuando Roma aún no había conquistado toda Italia. Pontecagnano era uno de los puestos avanzados más meridionales del pueblo etrusco, asentado principalmente en el centro de la península itálica.