Exclusiva: un sacrificio masivo de niños y llamas en el Perú del siglo XV








Las investigaciones científicas, financiadas por National Geographic Society, han revelado un evento sacrificial infantil de la cultura chimú sin precedentes en todo el continente americano







Rostros pintados
Durante la ceremonia, los rostros de muchos de los niños fueron untados con un pigmento elaborado básicamente con cinabrio rojo. A continuación les cortaron y abrieron los pechos, probablemente para extraer sus corazones. Las llamas sacrificiales parece que corrieron la misma suerte.




Labores arqueológicas
El arqueólogo Gabriel Prieto, el segundo desde la izquierda, un explorador de National Geographic, excava el sitio costero, donde tuvo lugar un evento ritual hace más de 500 años. Prieto entrena a los estudiantes locales para que sean la próxima generación de científicos que documenten la historia de Huanchaco.


Las investigaciones científicas del sitio sacrificial de Las Llamas, financiadas por National Geographic Society, están siendo desarrolladas por Gabriel Prieto y John Verano, de la Universidad Tulane. Hay constancia de eventos sacrificiales humanos entre los aztecas, mayas e incas gracias a las crónicas coloniales españolas y a las excavaciones científicas modernas, pero "el descubrimiento de un evento sacrificial infantil a gran escala en la poco conocida y precolombina civilización chimú no tiene precedentes en el continente americano y puede que tampoco en el mundo entero", afirma Kristin Romey, la autora de un artículo publicado el jueves sobre el tema, una exclusiva de National Geographic.

Los 140 niños sacrificados tenían entre 5 y 14 años de edad, la mayoría entre 8 y 12; las llamas tenían menos de 18 meses de edad. En un estrato de lodo los arqueólogos han descubierto las huellas impresas por adultos con sandalias, perros, niños descalzos y llamas jóvenes, con unas marcas de deslizamiento que indican que los animales opusieron resistencia. La fatídica procesión ritual ha sido reconstruida gracias a las huellas: el grupo de niños y llamas fueron conducidos al sitio sacrificial, un mirador con vistas al Pacífico, donde fueron sacrificados y enterrados los niños, mientras que los cadáveres de las llamas fueron dejados tal cual en el fango húmedo. Los restos esqueléticos (un esternón cortado por la mitad y costillas dislocadas) evidencian el uso de una violencia macabra: sus pechos fueron abiertos, probablemente para extraerles el corazón. Los restos de tres adultos, un hombre y dos mujeres, también fueron hallados muy cerca y seguramente desempeñaron alguna función en el evento sacrificial.